Campamentos de verano. Formación de montañeros

RECORRIDO ALTO CAMPOO - SAN PEDRO DE BEDOYA:  52 km. . / 2.700 m. desnivel positivo y 3.700 negativos.


LOS DÍAS EN EL REFUGIO DE CAMPOO: Talleres de montañismo.

Lo primero y más importante para que un campamento del tipo que hemos realizado sea un éxito, es que las personas que lo llevan a cabo sean un equipo y tengan una misma filosofía de trabajo. Así, las 5 personas que hemos estado trabajando teníamos muy claro que los objetivos de esta semana de convivencia debían basarse en provocar  experiencias en  la montaña que les motivaran una inquietud por seguir descubriendo nuevas sensaciones y aventuras, otorgando a los niños un peso muy importante en el trabajo en equipo, el respeto entre ellos y el entorno y  la autonomía en la organización de su material.

 

Para ello, el primer día de campamento creamos cuatro grupos de trabajo para el reparto de las  tareas diarias: preparar desayunos, hacer comidas, limpiar zonas comunes...todos hacemos de todo, y curiosamente es contagioso el entusiasmo que  unos a otros se transmiten al realizar estas tareas que en sus hogares la mayoría de ellos protestarían al hacerlas, o directamente no las hacen. A modo de anécdota, queda la de uno de los niños que al ir a limpiar los baños e indicar quién quería fregar, hacer los lavabos, cristales....levantaba la mano eufórico ofreciéndose a limpiar los váteres deseoso de que se le explicara cómo había que hacerlo, evidentemente, no me imagino en su casa esta situación de alegría  si su madre o padre le obligara a limpiar los inodoros. 

 

Durante los días en el refugio, se llevaron a cabo talleres de identificación de flora y fauna, de acciones responsables en el medio ambiente,  de cómo hacer una mochila, realizaron vivac por equipos con los únicos elementos de una rafia y un cordino, trabajaron la orientación y la toponomía local y, cómo no, también hubo tiempo para el juego con olimpiadas pasiegas, concursos de fotografía de montaña y baños en el río.



DÍA 1 ALTO CAMPOO-ALBERGUE COBIJO DEL VALLE: 13 Km. /  800 mts. desnivel positivo y 1000 negativos.

Pasados los días en el refugio, comenzábamos la travesía de cuatro días por la Cordillera Cantábrica, uniendo Alto Campoo con San Pedro de Bedoya, todo un reto para la mayoría de ellos, especialmente para los más pequeños. También para los responsable suponía un reto el gestionar de una manera óptima y segura un grupo de estas dimensiones por caminos a penas transitados y con un pronóstico de tiempo con posibilidad de chubascos.

 

Nuestra primera etapa partíamos desde Campoo dirección al Collado de la Horcada, tras los primeros sofocos provocados por el calor y las fuertes rampas el grupo llegaba al primer gran mirador de la ruta en poco más de 1 hora y media. Foto de turno, bocata y a seguir la ruta hacia el  Collado de Sejos, lugar en el que los más pequeños del grupo ya bajaban hasta el Albergue El Cobijo del Valle (a 20´  desde el collado) y el resto intentaban la ascensión al Cuetu de La Concilla, 1.922 m. , una montaña que  quizá no goza de una gran popularidad, pero que su silueta piramidal, su aislamiento y excepcional mirador la hacen completamente merecible de un objetivo en sí misma, la niebla en este caso nos privó de las excelentes vistas. 

Durante la tarde El Cobijo del Valle nos recargó de energía, lo acogedor del lugar, la hospitalidad de los gerentes Lolo y Rosa, que nos deleitaron con una suculenta cena y las magníficas vistas de las que dispone este albergue, ponían un inmejorable broche final al día.

 



DÍA 2. COBIJO DEL VALLE-SAN MAMÉS: 18 km. / 820 mts. desnivel positivo y 1.150 mts. negativos.


Con pena de no poder quedarnos más tiempo en este acogedor albergue, partíamos hacia San Mamés. Primera parada en Uznayo y de aquí a Lombraña,  por uno de esos caminos olvidados que en muy poco tiempo lamentablemente será intransitable a no ser que se invierta en su recuperación. En un último esfuerzo, haciendo uso de la "técnica de flecha"  (el grupo va por parejas y se hacen relevos de 50 pasos), una técnica muy útil para no desgregar el grupo, conseguiamos llegar a San Mamés con el tiempo justo para montar el campamento antes de que comenzara la primera de las tormentas que nos caerían en la ruta. Durante la noche tendría lugar uno de los mejores momentos del campamento, según comentaban algunos de los niños, pues ellos lo vivieron como si tratase de una atracción nueva de feria, para nosotros no fue tan divertido.... El fuerte viento provocaba que las tiendas se zarandearan, haciéndonos sentir por un momento que saldríamos volando por los aires, por suerte, estas rachas de viento duraron poco y la noche finalmente se solventó sin mayores incidencias. Al amanecer volvió la calma.



DÍA 3. SAN MAMÉS - ERMITA DE LA LUZ: 10 km. / 650 mts. desnivel positivo y 340 mts. negativos.


Amanecía nuestro tercer día de travesía, claros y nubes verticales  y un sol picante hacían presagiar que en algún momento la tormenta se nos vendría encima. Una vez recogido el campamento, poníamos rumbo Oeste dirección al Collado de Las Invernaillas,nuestro primer objetivo del día y otro gran mirador para disfrutar de las vistas mientras comíamos el bocata viendo venir lo que acechaba sobre nuestra cabeza de forma amenazante. Lo sucedido se describe y enumera fácilmente: 1º Caen las primeras gotas. 2º Nos ponemos todos el chubasquero. 3º Comienza el espectáculo de relámpagos y truenos acompañados de un tremendo aguacero. 4º La actitud del grupo es homogénea, todos cabeza al frente y  silencio absoluto (sólo se escucha el caer del agua y el concierto constante de truenos). Mientras, caminamos en fila india siguiendo la mochila del compañero. Una hora duró el espectáculo, poniendo un final perfecto, como el de las grandes obras, al abrirse el cielo al llegar justo a la Majada del Prado, uno de los mejores miradores del Macizo Oriental que podemos encontrar. En este lugar existe un refugio (perteneciente a la administración , desconozco a qué organismo concreto) el cual se ha abandonado a su suerte quedando actualmente inservible, una lástima que no se destine algo de financiación para mantener estos lugares.  Aunque muchos de los niños llegaron empapados, sin lugar a duda esta fue una de esas experiencias que no se olvidan y que todos recordarán con emoción al contarla. A las 15.00 horas llegábamos con la tarde en calma a la Ermita de la Luz, lo que permitió a parte del grupo ascender al Cuernón de Peña Sagra (2.047m.) y al resto, disfrutar del lugar tan privilegiado en el que nos encontrábamos.

Durante la noche no se preveían chubascos, de manera que permitió a todos realizar la primera noche de vivac a la interperie con las estrellas de telón de fondo.

 




DÍA 4 . ERMITA DE LA LUZ - SAN PEDRO DE BEDOYA: 11 km. / 450 mts. desnivel positivo y 1.200 mts. negativos.
Nuestro último día de travesía amanecía con un sol espléndido, lo que se traducía en un magnífico amanecer que iluminaba poco a poco los Picos de Europa que quedaban enfrente nuestro a modo de balcón. Esta dosis de buen humor que generan este tipo de despertares, dio lugar al momento curinario del campamento, al cocinar Alfonso unas tostadas a la piedra sobre losa lebaniega, dignas del mejor master chef. Recogido el campamento, poníamos rumbo hacia Santa María de Bedoya. A mitad de camino nos encontrábamos con los padres de los niños para compartir la última parte de la travesía descendiendo hasta el final de la etapa  por uno de esos mágicos hayedos que abundan en la Cordillera Cantábrica.


Al finalizar estos 7 días todos los niños acababan con una sonrisa en su cara y con intención de repetir en futuras ediciones de este campamento, algo que es muy satisfactorio para todos los que participamos en organizar este tipo de actividades que llevan muchas horas invertidas en planificación, preparación y ejecución de todo lo que se lleva a cabo. Sin lugar a duda tenemos una nueva generación de montañeros que viene pisando fuerte, la cual a pesar del discurso de muchos, de que en la era de la sobre información que vivimos no existe cabida a  la aventura,  seguro que surcarán caminos llenos de nuevas experiencias y aventuras, encontrando ese sentimiento por la montaña que tantas generaciones de montañeros han encontrado a lo largo de los años.
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